Alteraciones del Sistema Nervioso Central

Dra Maria Elena Ravelo y Dra. Magaly Bottaro. O.

Neurólogos Pediatras

Los ventrículos del cerebro son una red comunicante de cavidades, ubicadas en lo profundo del mismo, llenos de líquido cefalorraquídeo (LCR) que circula través de ellos y por los espacios que rodean el cerebro y la médula espinal. El LCR es producido y absorbido en forma constante a través de las cavidades ventriculares.

La ventrículomegalia es una afección congénita o adquirida en la que los ventrículos cerebrales son anormalmente más grandes, que se puede producir secundario a un escaso desarrollo del tejido cerebral circundante o a una lesión cerebral a lo largo de la vida.

No en todos los casos, ocurre hidrocefalia, pudiendo haber ventriculomegalia sin hidrocefalia, e incluso cuando la ventrículomegalia es leve, puede no tener signos y síntomas o puede cursar con retardos leves en el proceso de desarrollo del bebé. De allí que el seguimiento del niño con factores de riesgo neurológico, por ejemplo, complicaciones maternas durante el embarazo, sea importante.

En los casos de hidrocefalia, que se refiere a un aumento patológico del volumen y la presión del líquido cefalorraquídeo (LCR) intracraneal, ésta puede ser también aguda o crónica. En los casos en que es aguda, puede causar irritabilidad o somnolencia, alimentación deficiente, movimiento anormal de los ojos u ojos que miran siempre hacia abajo, fontanelas abombadas (mollera), vómitos en proyectil e incluso convulsiones. En los casos agudos, el tratamiento de la hidrocefalia, por lo general, implica crear una vía (derivación) para que el exceso de líquido salga del cerebro y pase a otra área del cuerpo, que generalmente es el peritoneo (derivación ventrículo-peritoneal).

En cualquiera de los casos, es importante tener claro que no es lo mismo ventriculomegalia que hidrocefalia, ya que, en la primera, la presión del líquido cefalorraquídeo es normal.

Cuando los pacientes tienen factores de riesgo neurológico, por ejemplo patologías maternas durante el embarazo, como infecciones (citomegalovirus, rubeola, toxoplasmosis, zika), cuando se trata de bebés prematuros, productos de embarazo gemelar, o cuando se han hecho ecografías obstétricas y se ha observado alguna alteración, estos pacientes deben ser remitidos para seguimiento por Neurología pediátrica, con la finalidad de realizar una adecuada historia clínica, examen físico y solicitar los estudios complementarios pertinentes. 

 

                                                        

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