La conexión entre nutrición y aprendizaje: Alimentar el cerebro en crecimiento

Desde el momento del nacimiento, el cerebro de un niño se encuentra en un estado de rápido crecimiento y cambio. A los dos años, el cerebro de un niño tiene aproximadamente el 80% del tamaño de un cerebro adulto, y a los cinco años alcanza casi el 90% de su tamaño adulto. Este periodo está marcado por un importante desarrollo neuronal, incluida la formación de millones de sinapsis que permiten la comunicación entre las células cerebrales.

Durante estos primeros años, el cerebro necesita una serie de nutrientes para favorecer su desarrollo. En la complejidad del desarrollo del cerebro influyen no sólo la genética, sino también factores ambientales, entre ellos la nutrición. Una dieta equilibrada y rica en nutrientes esenciales es crucial para el desarrollo sano del cerebro, la función cognitiva y la regulación emocional.

Nutrientes esenciales para la función cerebral

  • Ácidos grasos omega-3: Presentes en el pescado, las semillas de lino y las nueces, los omega-3 son esenciales para la estructura y el funcionamiento del cerebro. Desempeñan un papel clave en la formación de las membranas celulares cerebrales y son vitales para el aprendizaje y la memoria.
  • ​​Antioxidantes: Las frutas y verduras ricas en antioxidantes, como las bayas y las verduras de hoja verde, ayudan a proteger el cerebro del estrés oxidativo. Los antioxidantes pueden mejorar la función cognitiva y la memoria.
  • ​​Vitaminas del complejo B: Las vitaminas B6, B12 y el folato son esenciales para la producción de neurotransmisores que regulan el estado de ánimo y la cognición. Contribuyen al metabolismo energético cerebral.
  • Hierro y Zinc: Estos minerales son cruciales para el desarrollo cognitivo. La deficiencia de hierro puede provocar un deterioro de la función cognitiva, mientras que el zinc es importante para el aprendizaje y la memoria.

Impacto de la nutrición en la función cognitiva y el aprendizaje

El papel del desayuno en el rendimiento cognitivo

Por ejemplo, un desayuno que incluya cereales integrales, proteínas y frutas puede proporcionar energía sostenida y nutrientes esenciales, estableciendo un tono positivo para el día siguiente. Por el contrario, saltarse el desayuno puede reducir la concentración y aumentar la fatiga, lo que puede dificultar el aprendizaje.

Efectos a largo plazo de una mala alimentación

El impacto de una nutrición deficiente va más allá del rendimiento cognitivo inmediato. Las deficiencias crónicas de nutrientes esenciales pueden provocar problemas de desarrollo a largo plazo. Por ejemplo, las investigaciones han relacionado la mala nutrición durante la primera infancia con un menor rendimiento académico y un aumento de los problemas de conducta.

Además, los niños que no reciben una nutrición adecuada pueden experimentar problemas como:

  • Retraso cognitivo: Una ingesta insuficiente de nutrientes puede provocar retraso cognitivo, lo que afecta el aprendizaje y el rendimiento académico.
  • Problemas de comportamiento: La mala nutrición se ha asociado con un aumento de la agresividad y los problemas de atención, lo que dificulta el éxito escolar de los niños.
  • Problemas de salud física: La mala nutrición también puede provocar obesidad y otros problemas de salud relacionados, lo que puede afectar aún más la capacidad del niño para aprender y participar en las actividades escolares.

La comprensión de estos efectos a largo plazo subraya la importancia de proporcionar a los niños comidas equilibradas y ricas en nutrientes a lo largo de sus años de desarrollo.

Los mejores alimentos para el cerebro en crecimiento

Alimentos que estimulan el cerebro de niños y adolescentes

Para favorecer la salud cognitiva, los padres deben centrarse en incorporar a la dieta de sus hijos alimentos que potencien el cerebro. He aquí algunas opciones excelentes:

  • Pescado azul: El salmón, las sardinas y la trucha son ricos en ácidos grasos omega-3, vitales para la salud cerebral. Incluya pescado en sus comidas al menos dos veces por semana.
  • Frutos secos y semillas: Las nueces, las semillas de lino y las semillas de chía son excelentes fuentes de omega-3 y antioxidantes. Son excelentes refrigerios y se pueden agregar a cereales, yogur o batidos.
  • Granos integrales: La avena, el arroz integral y el pan integral aportan energía y nutrientes esenciales. Pueden ayudar a mantener los niveles de energía durante todo el día.
  • Frutas y verduras frescas: Las frutas y verduras de colores vibrantes aportan una variedad de vitaminas, minerales y antioxidantes. Anime a su hijo a comer una variedad de frutas y verduras para maximizar su ingesta de nutrientes.

Incorporar la nutrición a la rutina diaria

Las comidas nutritivas pueden ser sencillas y agradables. Aquí tiene algunos consejos para incorporar una alimentación saludable a la rutina diaria de su familia:

  • Planificación de comidas: Involucre a sus hijos en la planificación de las comidas. Permítales elegir recetas saludables que les interesen. Esto los anima a probar nuevos alimentos y a responsabilizarse de su nutrición.
  • Cocinando juntos: Involucre a sus hijos en el proceso de cocinar. Permitirles ayudar en la cocina puede despertar su interés por la alimentación saludable y enseñarles valiosas habilidades culinarias.
  • Refrigerios saludables: Tenga refrigerios saludables a mano. Prepare frutas y verduras cortadas, yogur y frutos secos para asegurarse de tener opciones nutritivas siempre a mano.
  • Comidas familiares: Priorice las comidas familiares. Esto no solo fomenta una alimentación saludable, sino que también fomenta la comunicación y los vínculos familiares.

La hidratación y su efecto en el aprendizaje

Importancia de la hidratación para la función cerebral

Si bien la nutrición es vital, la hidratación es igualmente importante para la función cognitiva. El agua constituye aproximadamente el 75% del cerebro y es esencial para mantener una función cerebral óptima. La deshidratación puede provocar fatiga, reducción de la concentración y deterioro de la memoria, lo que dificulta el aprendizaje de los niños. La mayoría de los padres preguntan «¿cuánta agua debe beber mi hijo al día?». Cada niño es diferente, pero hay una regla general a seguir para cada grupo de edad.

A continuación, un desglose más detallado:

  • 1-3 años:
    Consuma aproximadamente 4 vasos al día.
  • • 4-8 años:
    Consume unas 5 vasos al día.
  • 9-13 años:
    Consume de 7 a 8 vasos al día.
  • 14-18 años:
    Consume de 8 a 11 vasos al día.

Animar a su hijo a beber agua a lo largo del día es crucial, especialmente durante las horas de colegio y las actividades físicas. He aquí algunos consejos para fomentar la hidratación:

  • Ten agua a mano: Ten botellas de agua a mano en casa y anima a tu hijo a traer una al colegio.
  • Dale sabor al agua: Si tu hijo se resiste a beber agua sola, prueba a añadir rodajas de fruta, como limón o frutos rojos, para realzar el sabor.
  • Configura recordatorios: Usa aplicaciones o alarmas para recordarle a tu hijo que beba agua con regularidad, especialmente durante los días escolares con mucha actividad.

Estrategias para superar los retos de la nutrición

Comedores quisquillosos y lagunas nutricionales

Participe en eventos escolares: Participe en los comités de bienestar escolar o en las iniciativas de nutrición. Su opinión puede ayudar a definir políticas que promuevan una alimentación saludable.

  • Participe en eventos escolares: Participe en los comités de bienestar escolar o en las iniciativas de nutrición. Su opinión puede ayudar a definir políticas que promuevan una alimentación saludable.
  • Promueva refrigerios saludables: Anime a las escuelas a ofrecer opciones de refrigerios más saludables durante los descansos y eventos, en lugar de dulces.
  • Asegúrese de que se satisfagan las necesidades dietéticas: Si su hijo tiene necesidades dietéticas especiales, asegúrese de preguntar al departamento de nutrición infantil de la escuela sobre sus programas de comidas escolares. Proporcióneles toda la información dietética específica necesaria para su hijo.
  • Abogue por la educación nutricional: Apoye iniciativas que enseñen a los niños sobre nutrición y hábitos alimenticios saludables. Abogue por recursos como los programas de nutrición escolar, que ayudan a que todos los estudiantes tengan acceso a alimentos saludables y nutritivos. La educación empodera a los niños para que tomen mejores decisiones alimentarias.

La importancia de la nutrición

La relación entre nutrición y aprendizaje es evidente: una dieta equilibrada es esencial para la función cognitiva, la regulación emocional y el bienestar general. Al dar prioridad a una buena nutrición, puede mejorar los resultados de aprendizaje de su hijo y ayudarle a prosperar tanto académica como emocionalmente.

Los hábitos alimentarios saludables que se forman durante la infancia pueden durar toda la vida. Al fomentar un entorno que favorezca las elecciones nutritivas, dotará a sus hijos de las herramientas que necesitan para triunfar en la escuela y más allá.

Tomado de: https://copakids.com/es/child-healthcare-news/the-connection-between-nutrition-and-learning-feeding-the-growing-brain/